Exámenes de admisión: lo mediático de la meritocracia

Por Daniel Cobos

El pasado 25 de julio, aproximadamente a las 10:00 pm., a 293 mil 323 estudiantes de 310 mil 159 registrados al examen de asignación de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems), les fue otorgado un espacio en la educación media superior, ya sea a través de la asignación directa o “con derecho a otra opción”; los 16 mil 836 estudiantes restantes, es decir, el 5.4% no cumplieron con los requisitos para presentar el examen o simplemente no lo presentaron, de acuerdo con datos del Ceneval.

Como cada año, desde hace 22, los jóvenes de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México que se inscriben a este examen se juegan su futuro educativo y laboral ante la exigencia de que elijan una escuela y también, como cada año, existe alrededor del examen una sanción y premiación social mediática: los estudiantes con puntajes perfectos contra los estudiantes con los peores puntajes. ¿Qué representa esta división?, ¿a qué responde el hecho de que existan peores y mejores puntajes?, ¿qué efectos sociales se pueden advertir en esta oposición?

Una aproximación es observar la forma en la que se encuentra estructurado el sistema público de educación media superior en México; existen múltiples investigaciones, tanto nacionales como internacionales, que identifican que el tipo de escuela a la que las personas atienden, tanto si es propedéutico o técnico, o técnico-profesional, definirá la posición laboral o educativa posterior; aunada a esta característica de este nivel educativo, en México, algunas de las instituciones de educación media superior se encuentran vinculadas a la educación superior, cuyos mecanismos de ingreso privilegian la entrada a estudiantes que provienen de esas escuelas.

Por lo tanto, el tipo de asignación no es un tema menor. Existe una predilección por las escuelas que se encuentran vinculadas a la educación superior, tanto por el prestigio como por la posibilidad de transitar con menores dificultades a la educación superior, en un país en el que solamente tres de cada diez jóvenes en edad de estudiar la universidad tienen la posibilidad de hacerlo. Dada una lógica de oferta y demanda en la asignación de lugares y el prestigio de las instituciones, es muy probable que estudiantes con los mayores puntajes obtengan un espacio en estas escuelas, mientras que los demás son canalizados o distribuidos en otras instituciones.

“Las personas con mejores posiciones sociales suelen obtener mejores resultados en los exámenes”

Aún más, existe una serie de evidencias que identifica que las personas con mejores posiciones sociales suelen obtener mejores resultados en exámenes de este tipo, tanto por su familiaridad con los contenidos escolares como por sus condiciones socioeconómicas, que les permite prepararse de una mejor manera con respecto de aquellos con posiciones más precarias. Esta oposición de posiciones y condiciones socioeconómicas genera que existan circuitos de escolarización diferentes para distintos estratos sociales, esto es, instituciones y escuelas para diversos orígenes sociales.

Ante este panorama, el de la competencia por las mejores posiciones, se construyen diversas narrativas sociales que permiten observar cómo se sanciona el esfuerzo que los estudiantes le imprimen anualmente a la preparación y a la presentación de exámenes de asignación y selección en los distintos niveles educativos. No obstante, prevalece una narrativa de contraste entre los extremos, es decir, los mejores frente a los peores puntajes, y aún más, el destacar los puntajes perfectos, y cómo “cualquier persona puede lograrlo si se lo propone”.

En un análisis semántico, realizado a través de datos públicos de la plataforma Twitter, se obtuvieron pares de asociaciones de las palabras más frecuentes o bigramas, en tres momentos, el primero a las 7:00 horas del 26 de julio, el segundo a las 19:00 horas y el último a las 10:00 horas del 27 de julio de 2019, la condición de filtro fue la palabra Comipems, y la cantidad de tweets solicitados fue de 2,500 en cada caso; no se filtraron retweets. Se obtuvieron 6mil 203 tweets, y 14 mil550 bigramas. Los datos fueron procesados a través de la paquetería R, con las librerías RTweet y Tidyverse.

Como se tenía previsto, el contenido de los tweets asociado al examen se orientó a las personas que obtuvieron “un puntaje perfecto”. Una de las personas fue Erick Fabián de Jesús Hernández, la otra persona, por solicitud de anonimato según diversas fuentes, no fue noticia. Como se aprecia en la gráfica lo que destaca, obviando la frecuencia de la asociación del nombre propio, son las frecuencias asociadas al haber realizado un puntaje perfecto en el examen. La asociación “reprueba-programa” hace referencia a los encabezados de la noticia en la que, al realizarle una entrevista al estudiante, éste hace una crítica al programa de becas universales del Gobierno Federal, por considerar que las personas que las reciben las destinan a otras cosas menos a su educación. Las asociaciones siguientes, hacen referencia al logro en el examen, se destaca el logro de conseguir la primera opción. Las siguientes asociaciones destacan el método de estudio, que según las notas fue a través de ver videos y tutoriales de Youtube, en un sentido autodidacta-complementario. Las otras asociaciones se presentan con menor frecuencia.

Como puede advertirse, la difusión mediática, al menos en la plataforma analizada, refuerza una narrativa de perfección en los resultados. El foco se centra en una persona de referencia, que además destaca que su método complementario de estudio se relaciona con ver videos, relativamente al alcance de todos, por lo que se puede inferir que el mensaje invita a aquellos que no lograron un espacio en la primera opción a que se esfuercen para conseguir ese puesto, pues todos podrían llegar a él. La lógica detrás de las asociaciones presentadas ofrece un ejemplo sobre cómo, en torno de la publicación de los resultados de un examen de asignación o selección, se privilegia la atención al caso emblemático y al que los estudiantes que realizan su paso de la secundaria a la educación media superior deberían aspirar.

Como conclusión se puede postular que las narrativas mediáticas importan, pues en el caso de la publicación de los resultados del examen Comipems, ocultan el hecho de que no todos pueden aspirar a obtener puntuaciones perfectas, pero la explicación de las causas no se encuentra en el grado de esfuerzo de los estudiantes, por no haber estudiado lo suficiente o no buscar otros recursos de forma autodidacta; más bien se oculta el hecho de que las oportunidades son limitadas, y éstas no solamente se reducen a la capacidad o características del sistema educativo, sino también a las oportunidades sociales que son condición de aspirar a mejores condiciones de vida. Por lo anterior, es necesario proponer y generar formas de ingreso más justas y equitativas para todos los estudiantes; sólo observando la mediación de la desigualdad social en los mecanismos de acceso se logrará reducir las brechas en las oportunidades educativas.

La sintaxis de construcción de los datos se encuentra en el siguiente repositorio: https://github.com/Dancobm/researchexercises/blob/master/wordcloudcomipems


Daniel Cobos es maestro en ciencias sociales por El Colegio de México. Opinión invitada.
dancobm@hotmail.com

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