Junio 2023
En mayo de 2023 el destacado profesor John Mearsheimer de la Universidad de Chicago, experto en relaciones internacionales, dio una conferencia sobre el conflicto ucraniano para la organización estadounidense Committee for the Republic. La argumentación se concentró en cuál era el estado actual de la guerra, en cuáles serían las posibilidades futuras del conflicto y sostuvo que está ganando y ganará Rusia, de manera que al final de la guerra Ucrania quedaría convertida en un “rumstate” disfuncional (J. M., “Ukraine Salon”, en committeefortherepublic.us).
Mearsheimer considera que la inversión de violencia y recursos en el conflicto por parte de los tres participantes implicados, Rusia, Occidente (Europa occidental y Estados Unidos) y Ucrania, está basada en que cada cual considera que debe detener una “amenaza existencial”. Señala que el primer actor percibe esta amenaza en la reunión de los ucranianos con Occidente, porque ve a Ucrania como un ariete utilizado por los norteamericanos y la OTAN para hostilizarlo y porque, con el desarrollo de la guerra, los rusos están convencidos de que la intención es acabar con Rusia y dividir su territorio en pequeños estados manejables. En ese sentido, el objetivo militar ruso sería controlar el 46% del territorio Ucraniano, para neutralizar al enemigo y convertirlo en un estado disfuncional.
El segundo actor, los occidentales, considera que si Rusia gana la guerra, desaparecerá la OTAN, percibida por los “líderes europeos” como su único medio de seguridad continental, especialmente en contra una amenaza hacia sus “democracias” como lo es el gobierno de Vladimir Putin, y China –percibido por Estados Unidos como la verdadera amenaza– tendrá la posibilidad de retar sin problema el orden mundial occidentalizado del día de hoy. Por estos motivos, Occidente está decidido a someter por las armas a Rusia, suministrando dispositivos de sembrar muerte al ejército de Zelensky. Finalmente, los líderes ucranianos ven como amenaza existencial a Rusia por el simple hecho de que las fuerzas rusas están avanzando sobre su país. Consideran que es necesario tener la ayuda de Occidente para sobrevivir, someter a Rusia y recuperar sus fronteras de antes de 2014.
Sin embargo, señala Mearsheimer, en el campo de batalla se está desarrollando una guerra de desgaste que están ganando los rusos simplemente porque tienen superioridad en los tres pilares fundamentales de una conflagración de ese tipo: 1) el “balance de resolución”, 2) la artillería y 3) las dimensiones de la población de cada adversario. En lo que corresponde a los dos primeros factores, la superioridad rusa es clara en 2023. Si bien al inicio de la Operación Especial de 2022 el esfuerzo ruso sufrió algunos descalabros, las medidas de movilización y empleo de los dispositivos militares tomadas por Putin le han permitido prácticamente dominar el teatro de las operaciones desde el final de ese mismo año. Con la caída de Bajmut a manos de unos mercenarios, mas no ante el ejército ruso, esto se confirmó; todo el apoyo de Occidente se ha estrellado contra los cañones de Rusia
En cuanto a la población, la razón existente en febrero de 2022 era de 3.5 rusos por cada ucraniano. Con el desarrollo del conflicto, Rusia ganó población: 3 millones de ucranianos se refugiaron en este país y la población rusófona del Donbass se integró a la Federación rusa; Ucrania, en cambio, perdió población por lo anterior y porque alrededor de 8 millones de habitantes huyeron hacia Europa. En ese sentido, calcula Mearsheimer, la razón poblacional el día de hoy es de 5 a 1, lo cual provoca un desbalance total e imposible de remontar para el gobierno de Zelensky el día de hoy. ¿Cómo podría este gobierno acabar con los rusos, si no tiene superioridad de resolución, ni de artillería, ni tampoco gente que vaya al frente? Es prácticamente imposible.
En resumen, Rusia puede acabar con las amenazas a su existencia y ni siquiera ha movilizado seriamente a su población. En cambio el ejército ucraniano está perdiendo al menos –aunque podría perder mucho más, recalca Mearsheimer– 2 efectivos por cada baja en el campo ruso, y sus esfuerzos de movilización parecen cada día más desesperados. Por último, el profesor señala que este escenario negativo para Occidente prueba que tenían razón todos aquellos que sostenían que la expansión de la OTAN hacia Rusia era un error. Además, pronosticó, el conflicto empeorará en términos de costos humanos y materiales, especialmente para Ucrania. El día de hoy la salida de la guerra, desde la perspectiva de Mearsheimer, podría resultar la siguiente: Putin logrará sus objetivos y Ucrania, como país, quedará reducida a un pedazo de tierra disfuncional.
Anaximandro Pérez es maestro en Historia por la UNAM e investigador del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.