Krisís en Aristóteles e Hipócrates

Abril 2023

En el apéndice a Crítica y crisis, Reinhart Koselleck presenta un cuadro genealógico del concepto de crisis. El primer momento de aparición que considera es en el contexto médico (Hipócrates y Galeno), el segundo es, precisamente, el contexto de la democracia ateniense. El vocablo griego Krisís (κρίσις) tiene su raíz en la palabra Kríno (κρίνω) cuyo significado abarca un amplio espectro considerando las siguientes acepciones: separar, escoger, enjuiciar, decidir, medirse, luchar, combatir. Sin embargo, en un contexto específicamente político-democrático, significaba: separación, lucha, decisión en el sentido de una inclinación definitiva de la balanza o como realización de un juicio, esta última acepción es más cercana a lo que actualmente designamos con el vocablo crítica.

Como se nota, en esta diversidad de significados ya está el germen que delimita nuestra significación de crisis, por lo menos en tanto que en sus orígenes ya señalaba una decisión que podría llevar a una ruptura o, por lo menos, a una distinción radical de los términos que conformaban cierto fenómeno. Aristóteles no fue el único pensador heleno en hacer referencia a la crisis, como ya se señaló, también Hipócrates y Galeno lo usaron y a ellos se suman Sófocles y Heródoto, estos últimos haciendo referencia al término como la emisión de un juicio y a una contienda entre partes con intereses opuestos.[1]

El uso específico que Aristóteles le da al término refiere al estar

…«a favor y en contra», y ellos de manera que la decisión no se tomaba nunca sin un proceso de deliberación… la expresión… apunta a decisiones en la elección de cargos, a resoluciones de gobierno, a la decisión sobre la guerra y la paz, sobre penas de muerte y condenas, a la recepción de informes, en suma, a resoluciones de política gubernamental. De ahí que lo más necesario de todo para la comunidad política sea la krísis sobre cuanto sea a la vez conveniente y justo. Por eso solo podía ser ciudadano el que participaba en la magistratura (arché kritiké). (Kosellek, 2007: 242)

En efecto, cuando Aristóteles establece a quién se le considera ciudadano dice que el ciudadano es quien puede tener una función deliberativa o judicial, y que el conjunto de las personas con estas capacidades deliverativas y resolutivas, así como con la posibilidad de vivir autárquicamente como conjunto, forman las ciudades. (Cfr. Aristóteles, 1275b,12). Como se observa, en la concepción política de Aristóteles, la ciudadanía está en relación directa con la krisís en su aspecto deliverativo y, por tanto, también lo está con la capacidad crítica del ciudadano. Para que cualquiera pueda emitir una decisión racional, es necesario un balance crítico de la situación, así, el ciudadano no solo manifestaba una postura, sino que se presuponía que esta estaba sustentada en su racionalidad. Como lo menciona acertadamente Kosellek, crítica y crisis eran dos conceptos que se presuponían.

Hasta este momento, los límites de la investigación los ha pautado la concepción más originaria de crisis; sin embargo, es posible, en el mismo Aristóteles, encontrar los elementos necesarios para ampliar las acepciones del concepto casi hasta los límites en los que hoy en día lo comprendemos.

Para mostrar lo anterior, es necesario analizar grosso modo la consideración médica de la crisis. Como se mencionó, esta puede rastrearse hasta Hipócrates y Galeno. Una de las bases de la filosofía griega, pero también de su política, es la comprensión del mundo humano como una extensión del mundo natural que es regido por las leyes del segundo; así, las investigaciones sobre la arché serían aplicables por extensión a la ciudad. Estas investigaciones sobre la arché tenían, entre otras metas, la intención de comprender el equilibrio que imperaba en el universo garantizando la continuidad ordenada, con sus momentos “caóticos”, de lo existente. Una de las principales teorías en ocuparse de estos asuntos fue la medicina hipocrática, poniendo al cuerpo humano como su objeto de conocimiento y reconocimiento los límites de su conocimiento sobre el mismo. El cuerpo humano debía mantener su equilibrio propio para evitar enfermedades, del mismo modo que la naturaleza estaba equilibrada en pro de su continuidad; sin embargo, la ciencia hipocrática reconocía los límites de sus conocimientos y prácticas. Hipócrates menciona que

Si la cosa fuese tan simple como pareciera indicar, si fuese cierto que el alimento demasiado fuerte fuese siempre una incomodidad, el alimento más débil siempre una ventaja, tanto para el enfermo como para el hombre saludable, el asunto sería fácil (…) las cosas son mucho más complejas y requieren un método exacto: es preciso apuntar una especie de medida. Sin embargo, en cuestión de medidas no podríamos hallar nombre ni peso como referencia para un conocimiento exacto que no sea el que resiente el cuerpo del enfermo: trabajo duro es el de adquirir una ciencia lo suficientemente precisa como para no cometer errores ligeros, ni en un sentido ni en el otro; en cuanto a mí, no dejaría de cubrir de elogios al médico que comete errores ligeros ya que raramente es posible tener la exactitud absoluta. (Citado en: Sferco, 2018:41).

La medicina versaría sobre el mantenimiento del equilibro en el cuerpo humano, pero cuál es la medida exacta de este no es un conocimiento absoluto, sino variable en relación con el paciente en específico. La práctica médica encuentra su principal dificultad en darle a cada cual lo que cada cual necesita y no lo que por costumbre o por teoría le correspondería.

Los momentos en los que el cuerpo está desequilibrado causan la enfermedad y corresponde al médico conocer en dónde comienza el desbalance para poder combatirlo. Este conocimiento de los elementos en desbalance era crucial para que el médico pudiera emitir un juicio (krino) sobre la enfermedad. En este seguimiento del desarrollo de los síntomas, el médico encontraba una krisis: “Krisis (…) es el punto álgido, akmé, que desencadena este reparto de equilibrio/desequilibrio al servicio de la salud y la enfermedad. Su emergencia ocurre en un espacio-tiempo complejo, donde es preciso reposicionar cada vez los términos de su equilibrio, siempre condicionado por la dinámica relacional del contexto, y actuando de un modo siempre diferido respecto del estado anterior.” (Sferco, 2018: 43). La comprensión hipocrática de la krisis la consideraría, entonces, como el momento crucial del desequilibrio, en el que se haría indispensable un reacomodo de los factores  en la búsqueda de la “normalidad” del cuerpo.

Esta comprensión griega médica de la krisís ha fundamentado y nutrido la concepción contemporánea de la crisis, en la que el espectro de aplicación del concepto se ha ampliado describiendo situaciones más allá de lo médico, por ejemplo, situaciones políticas. Ya se dijo cuál es, según Koselleck, la significación aristotélica del término, esta no se restringe al ámbito médico y tampoco la considera principalmente así. En estricto sentido, Aristóteles tendría más bien una comprensión de la crisis en el campo democrático como la deliberación; a pesar de esto, puede observarse que uno de los problemas políticos que Aristóteles expone en Política pueden ser comprendidos a partir del concepto moderno-contemporáneo de crisis. Sobre esta base se moverá el siguiente fragmento de la exposición.


Jenny Acosta es licenciada en filosofía por la UNAM e investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.

[1] Cfr. http://etimologias.dechile.net/?crisis.

Bibliografía

Aristóteles (2008), Política, Gredos, Madrid, España.

Berti, Enrico (2012), El pensamiento político de Aristóteles, Gredos, Madrid, España.

Carrasco-Conde, Ana (2013) “El cuerpo de la crisis. La ciudad y sus sintomatologías en el paisaje urbano”, en Nómadas, 40 (2013.4).

Gómez Robledo, Antonio (1962), “La justicia en Platón”, en Revista de Ciencias Sociales, VI (1962.2): pp. 145-166.

Sferco, Senda (2018), “Claves genealógicas para un abordaje de la crisis desde la filosofía contemporánea”, en Revista Latinoamericana del Colegio Internacional de Filosofía, (2018, 4): pp. 31-57

Koselleck, Reinhart (2007), “Crítica y Crisis”, Apéndice de Crítica y crisis. Un estudio sobre la patogénesis del mundo burgués, Trotta, Madrid, España.

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