Por Jenny Acosta | Octubre 2023
¿Existe en Marx una filosofía de la historia? En caso de existir, ¿qué implicaciones tendría para la teoría marxista? ¿Cuáles para su práctica política, aspecto fundamental de esta concepción del mundo? Para responder estas preguntas debe partirse de una forma de considerar la filosofía de la historia; la que se utilizará es la que se encuentra en Hegel. La elección no es casual, pues Marx al tiempo que forja su pensamiento como una crítica al hegelianismo, reconoce en esta filosofía herramientas indispensables para la investigación que él se propone hacer sobre la sociedad.
Hegel comienza las lecciones sobre la filosofía de la historia universal sosteniendo que “la filosofía de la historia no es otra cosa que la consideración pensante de la historia” (Hegel, 1953; 17), es decir, la conceptualización que las personas hacemos de lo que pasa. Para Hegel no puede ser de otro modo en la medida en que toda acción humana está atravesada por el pensamiento, incluso las grandes acciones que no corresponden solamente al accionar de una persona. En esta valoración de la filosofía de la historia, Hegel está interesado en distanciarse de las críticas que sostienen que la filosofía “aporta” pensamientos, principios, externos a la historia, que el acercamiento que la filosofía tiene hacia la historia está siempre pre-establecido y que, en todo caso, solo busca su confirmación en la empiria histórica.
Pero el único pensamiento que aporta es el simple pensamiento de la razón, de que la razón rige el mundo y de que, por tanto, también la historia universal ha transcurrido racionalmente. Esta convicción y evidencia es un supuesto, con respecto a la historia como tal. En la filosofía, empero, no es un supuesto. (Hegel, 1953: 20)
Hegel reconoce que la filosofía de la historia se acerca con un principio al análisis histórico, el principio de que la razón rige al mundo, el principio de que lo que acontece en la historia es racional, pues puede ser comprendido por el género humano porque es producto suyo. Aunque para la historia tal principio puede parecer externo, puede presentarse como un supuesto teórico metido con calzador a la investigación, para la filosofía no es tal. Para la filosofía, especialmente para la filosofía hegeliana, el principio de la razón está demostrado. Justamente la demostración de la racionalidad de todo el movimiento es uno de los pilares de la filosofía especulativa de Hegel. Como veremos más adelante, Marx continúa también sobre la línea de una historia racional.
Hegel continúa diciendo:
En ella [la filosofía] está demostrado, mediante el conocimiento especulativo, que la razón, es la sustancia; es, como potencia infinita, para sí misma la materia infinita de toda vida natural y espiritual y, como forma infinita, la realización de este su contenido: sustancia, como aquello por lo cual y en lo cual toda realidad tiene su ser y consistencia; potencia infinita, porque la razón no es tan impotente que sólo alcance al ideal, a lo que debe ser, y sólo exista fuera de la realidad, quién sabe dónde, quizá como algo particular en las cabezas de algunos hombres; contenido infinito, por ser toda esencia y verdad y materia para sí misma, la materia que ella da a elaborar a su propia actividad. (Hegel, 1953; 20)
La sustancia de la historia es la razón, de ella surgen las contradicciones que posibilitan el avance del hacer humano, es ella también quien aporta los problemas de la historia y las herramientas para su solución; la constante crítica y autocrítica que la razón hace de sí misma constituye el motor del continuo desarrollo. La razón a la que apela Hegel no existe únicamente en el cerebro humano, sino que es constantemente realizada a través de la acción, y la efectivización de ésta es justamente observable en el estudio filosófico de la historia. La filosofía de la historia de Hegel avanza, pues, sobre la línea del idealismo especulativo que es toda su filosofía.
Esta breve explicación de la filosofía de la historia hegeliana no pretende ser exhaustiva, sino funcionar como marco de referencia para las consideraciones de la filosofía de la historia en Marx.
¿En qué medida Marx busca dar un trato filosófico a la historia? Sin duda todo su pensamiento está atravesado, fundamentado, por un estudio de la historia. La historia es pilar del desarrollo del pensamiento marxiano, siempre hay una referencia directa a la historia del fenómeno que Marx estudia, por ejemplo, el capítulo XXIV de El capital aborda extensa y detalladamente el proceso de despojo a que fueron sometidos los pequeños propietarios rurales de Reino Unido; o, por ejemplo, también el Manifiesto del Partido Comunista busca presentar su tesis fundamental a través de una síntesis de la historia humana a partir de las relaciones de explotación que se han experimentado por la humanidad. También los apuntes de Marx son ejemplo del estudio histórico que constantemente hacía, incluso en un nivel de historia de las ideas, o historia del pensamiento: su estudio sobre las teorías de la plusvalía es tal vez el ejemplo más claro de lo anterior. Difícilmente puede dudarse, entonces, de que Marx se acerca históricamente a los problemas que analiza, pero ¿cuenta con un acercamiento filosófico a la historia? Esta es la cuestión por resolver.
Los textos en los que Marx habla sobre el modo en que concibe la historia humana cuentan con pasajes que permiten sostener la postura de que Marx sí tiene una filosofía de la historia. Este es el caso del tan citado comienzo de El manifiesto del Partido Comunista: “La historia [escrita[1]] de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases”. En esta sentencia se evidencia un intento por encontrar un hilo racional en la historia humana —por lo menos en la historia que conoció la época de los autores—, los comienzos de este hilo se encuentran en las relaciones de explotación que, aunque cambiantes, han atravesado toda la historia conocida. Y sobre este hilo rojo, la lucha de clases, se edifica la interpretación que Marx hace de la historia.
Más adelante, en el mismo texto, cuando se habla sobre los comunistas, dicen los autores:
Los comunistas solo se distinguen de los demás partidos proletarios en que, por una parte, en las diferentes luchas nacionales de los proletarios, destacan y hacen valer los intereses comunes a todo el proletariado, independientemente de la nacionalidad; y, por otra parte, en que, en las diferentes fases de desarrollo por que pasa la lucha entre el proletariado y la burguesía, representan siempre los intereses del movimiento en su conjunto… en el aspecto teórico, tienen sobre el resto del proletariado la ventaja de su clara visión de las condiciones, la marcha y los resultados generales del movimiento proletario. (Marx y Engels, 2004; 41).
La teoría de los comunistas no es “…sino la expresión de conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos.” (Marx y Engels, 2004; 41-42) En este momento también se hace claro que Marx y Engels sostienen que en la historia es posible encontrar una tendencia del desarrollo, tendencia que acontece ante los ojos de quien observe, pero que, para ser comprendida en su totalidad, requiere no solo de la observación inmediata, sino de un proceso teórico para que se manifieste con toda su fuerza y claridad. Este acercamiento teórico no es accesorio, pues solo a través de este se puede intervenir directamente en la tendencia del desarrollo histórico.
Estos y otros pasajes de la producción teórica de Marx indican la presencia de una filosofía de la historia, pero me parece que son insuficientes para poder sostener tal existencia. Muestran, sin duda, la convicción de una racionalidad histórica, de tendencias en el desarrollo que pueden ser cognoscibles por las personas; pero dejar el análisis en estos términos generales no permite comprender la particularidad de la filosofía de la historia marxista. Si bien es cierto que Marx comparte (y recupera) con Hegel la convicción de que la historia es un proceso racional en la medida en que es producto humano, me parece que la distinción entre ambos pensadores radica en la forma concreta en que se acercan al problema.
Jenny Acosta es maestra en filosofía por la UAM e investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.
[1] En el original no aparece “escrita”, es más bien una adición posterior de Engels; a pesar de esto, según reconoce el mismo Engels, es un matiz en sí mismo insuficiente para una reelaboración total de la consideración original.
Bibliografía
Hegel, G. W. F. (1953). Lecciones sobre la filosofía de la historia universal, Revista de Occidente, Madrid.
Marx, K. Y Engels F. (2004). Manifiesto del partido comunista, Fundación Federico Engels, Madrid.