Por Citlali Aguirre | Junio 2023
Buena parte del movimiento socialista y gran parte del movimiento ambientalista luchan de manera aislada porque perciben al humano solo como ser social (independiente de la naturaleza) o solo como ser natural (independiente de la sociedad), respectivamente. En realidad, los seres humanos somos ambas cosas.
La articulación materialista de Marx y Engels especifica claramente:
La vida implica antes que todo comer y beber, un hogar, vestido, y muchas otras cosas. El primer acto histórico es entonces la producción de los medios para satisfacer estas necesidades, la producción de la vida material en sí misma.
(Marx y Engels, 1970, p. 48)
Este planteamiento reconoce que los seres humanos somos seres ecológicos que interaccionamos con nuestro entorno para producir nuestras necesidades más elementales. Y la ecología es el estudio de la vida y sus relaciones, aunque claramente se ha hecho una división entre humanos y demás seres vivos que pocas veces permite el estudio de los humanos en los cursos regulares de ecología o de aspectos ecológicos en las ciencias sociales.
Las necesidades materiales son biológicas, inevitables, son objetivas. Como también son objetivas las relaciones sociales materiales de poder y control sobre los medios de vida. Cualquier humano podría desear acceso a alimentos. Y este deseo tendría todo el sentido, partiendo de que distintos análisis han mostrado que objetivamente existe suficiente alimento en el mundo para alimentar hasta 10 mil millones de personas (actualmente somos 8 mil millones). Sin embargo, existen barreras materiales para cumplir nuestro deseo, barreras que están enraizadas en las relaciones de producción, propiedad y poder: tiendas protegidas por guardias y cultivos privatizados produciendo alimentos para generar ganancias. Pero no solo los alimentos están controlados por un sistema material y objetivo de poder, también lo están las demás necesidades básicas como la vivienda, transporte, energía, calzado, vestido, etc. Estos sistemas de control y acceso restringido son un tipo de ecología humana.
Pues bien, ¿quién forma la clase trabajadora en la actualidad? Matthew Huber sugiere una definición ecológica de clase trabajadora entendida como aquella clase social alienada de la naturaleza –de sus medios de vida– y obligada a sobrevivir a través del mercado”:
En el capitalismo, la clase trabajadora carece de sus medios de vida. Históricamente, esto ha significado que la clase trabajadora es una clase de personas separadas de la tierra como su fuente directa de sobrevivencia.
(Huber , 2022, p. 36).
Los trabajadores del sector informal han sido separados de los medios de producción y su sobrevivencia depende en su totalidad del mercado, por lo que entrarían en el concepto ecológico de clase trabajadora. Estos trabajadores no tienen un trabajo formal que les proporcione un salario, no gozan de seguridad social ni de las prestaciones que ofrece el empleo en el sector formal, lo que los coloca en una situación vulnerable a la hora de hacer valer las garantías laborales. Además constituyen el 90% de los trabajadores en los países en desarrollo (Bonnet et al. 2019) y el 56% de la población laboral en México (Statista, 2022).
Aunque los campesinos e indígenas tampoco encajan en el concepto marxista de proletarios, estos sectores podrían ser incluidos en la definición ampliada de la clase trabajadora que propone Huber, ya que ellos tienen que trabajar para sobrevivir y porque muchos de sus hogares dependen del mercado para sus necesidades básica o medios de vida. Los indígenas y campesinos tienen algunas propiedades de tierra o de bosques. Sin embargo, dentro del capitalismo, continuamente enfrentan amenazas de contaminación del agua, aire y de despojo que amenazan su sustento y su salud. Pero estas amenazas no son las únicas, sino que se suman a las muchas otras amenazas que ejercen las más abstractas fuerzas del mercado.
El mercado y todo el proceso de acomodar la vida humana a la lógica del capital, provoca diversas desarmonías en las vidas de los trabajadores, tales como el exceso de trabajo, desórdenes físicos y mentales, vicios, trabajo infantil, entre otros. “Como dependen del mercado para satisfacer sus necesidades, la vida de los trabajadores se encuentra constantemente acosada por varias formas de estrés, ansiedad, su falta de libertad depende totalmente de su situación financiera”, dice Huber.
Un enfoque ecológico de la clase trabajadora abarcaría no sólo las necesidades básicas de los trabajadores, sino también los medios de reproducción de la vida de los trabajadores: los mecanismos en los que los trabajadores reproducen sus vidas como seres vivos fuera de sus sitios de trabajo. Con un enfoque ecológico de la clase trabajadora, los socialistas tendrían que construir el poder de la clase trabajadora en los sitios de trabajo, pero también en la reproducción social de la vida de los trabajadores fuera de los sitios de trabajo, enfocando la lucha y la educación de las masas desde el punto de vista de la vida no solamente del trabajo.
Citlali Aguirre es maestra en ciencias biológicas por la UNAM e investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.
Referencias
Marx, C., Engels, F. (1970). The German Ideology. New York: International.
Bonnet, F., Vanek, J., & Chen, M. (2019). Women and men in the informal economy: A statistical brief. International Labour Office, Geneva, 20.
Huber, M. T. (2022). Climate change as class war: Building socialism on a warming planet. Verso Books.