Por Christian Jaramillo | Mayo 2023
Al cierre del 2022 la banca alcanzó el nivel de ganancia más alto de los últimos 17 años. Con una utilidad neta de 236 mil 743 millones de pesos, superó en 20.6 por ciento la cifra del año previo, en términos reales (CNBV, 2023). A pesar de las previsiones que estimaban una desaceleración de las utilidades para 2023, en el primer bimestre del presente año, el conjunto de bancos que opera en México obtuvo ganancias por 43 mil 266 millones de pesos, un aumento de 19.1 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior (Gutiérrez, 2023). Es decir, antes de creer que los grandes rendimientos de la banca son un fenómeno puramente coyuntural, se podrá observar que son resultado de las políticas estructurales del gobierno actual.
De acuerdo con los comentarios emitidos por los comisionados de la banca privada en México, como el director general de BBVA, Eduardo Osuna, las elevadas utilidades de los bancos se explican principalmente por la reactivación de la actividad económica, que se traduce en un crecimiento de la cartera crediticia (Noguez, 2023). Es decir, ubican que la base de su ganancia se encuentra en el aumento de créditos extendidos para las familias y empresas mexicanas. En parte, esta aseveración es cierta, sin embargo, hay algunos detalles que se omiten y que pueden dar un panorama más claro de los altos rendimientos de la banca.
Por ejemplo, se olvida mencionar que en 2022 la tasa de interés de referencia pasó de 5.5 a 10.5 por ciento, el mayor registro, al menos desde 2008 cuando se consideró a la tasa de interés como objetivo operacional del Banco de México. Como consecuencia, los ingresos de la banca en 2022 por el cobro de intereses ascendieron a un billón 173 mil 943 millones de pesos, 45.6 por ciento más respecto al año 2021. De acuerdo a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), BBVA México registró en 2022 ingresos por 230 mil 517 millones de pesos por concepto de cobro de intereses, de los cuales 175 mil 75 millones provinieron de los réditos provenientes de los préstamos otorgados a los consumidores e inversionistas mexicanos (Gutierrez, 2023). Sin embargo, de acuerdo a Karla Ponce, analista del portal Dinero en Imagen, el incremento de los réditos que provienen de la extensión de créditos está determinado, en gran medida, por el incremento de la tasa de interés de referencia, y no por un aumento significativo de la cantidad de préstamos otorgados.
Es decir, cuando Eduardo Osuna menciona que las utilidades de los bancos han crecido como consecuencia del aumento de la cartera crediticia, hay que aclarar que aunque esta última se ha incrementado, no es cierto que se deba a que los bancos hayan expedido más créditos a los consumidores o empresas, sino más bien, porque el costo de los pocos préstamos que conceden se han encarecido a niveles históricos: 14.6 por ciento, en promedio, la tasa de interés implícita de la cartera de crédito (Téllez, 2023). Y aunque es verdad que la economía mexicana presentó una ligera mejoría el año pasado, lo cierto es que en varios sectores la producción sigue estando por debajo de los niveles prepandemia; es decir, el pueblo mexicano (incluida la pequeña burguesía y la clase media) se encuentra empobrecido, y por más que quisiera acceder a un crédito para recuperar su situación material, el elevadísimo costo de este no permite que su demanda aumente. No hay que olvidar que, de acuerdo con la Asociación de Bancos de México (ABM), solo 3 de cada 10 mexicanos tienen acceso al crédito bancario.
Otro elemento que hay que tomar en cuenta a la hora de desmenuzar los niveles de ganancia de la banca, son las comisiones. De acuerdo a la Secretaría de Economía, las comisiones bancarias son “el monto que cobra una entidad financiera a sus clientes por la prestación de sus servicios: gestiones operativas, transferencias, contratación de productos de inversión, ahorro o financiación”. Algunos de los servicios más comunes son las comisiones por pago con tarjeta, seguros de coche, hipotecas, seguros de vida. Aun así, se tiene registro de que hasta 2019 existían 1,299 productos que motivaban el cobro de 5,310 comisiones bancarias (Garcia, 2019). La gran concentración en la oferta de servicios por parte de los bancos ha ubicado a las comisiones mexicanas entre las más altas del mundo, de modo que, de acuerdo a la CONDUSEF, han llegado a representar un tercio o más del ingreso total de los bancos que operan en el país, mientras que para los bancos que residen en el extranjero a lo mucho representa un 20 por ciento. Por ejemplo, en 2019 el Banco Santander México obtuvo 39 por ciento del total de sus ingresos por concepto de comisiones, mientras que para el Banco Santander España ese rubro solo representó 20 por ciento del total de sus ingresos.
Si bien la dinámica del capitalismo se centra en la obtención de la mayor ganancia, se sabe que, dependiendo el gobierno de cada país, esta sinergia puede ser bastante controlada. Por ejemplo, España y Estados Unidos, que son algunos de los países donde más se ha pronunciado su población en contra de los excesivos cobros por comisiones (tomando en cuenta que en ambos países se cobran menos comisiones que en México), los gobiernos respectivos ya se encuentran en marcha para disminuir dichas tarifas. En octubre del año pasado el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el inicio de una “batalla contra las comisiones basura” y la necesidad de “devolver ese dinero a los bolsillos de los ciudadanos”. De igual manera, de acuerdo a Jorge Sánchez Tello, director de investigación aplicada de la Fundación de Estudios Superiores (Fundef), el gobierno español ha avisado a la banca de su país que como medida para limitar sus beneficios se impondrá impuestos al cobro de comisiones a partir del presente año.
Por su parte, el gobierno de México ha tomado la decisión de hacer oídos sordos ante la misma situación. Si bien a partir de una iniciativa legislativa presentada por Ricardo Monreal en 2018, en favor de la eliminación de algunas comisiones que se consideraban elevadas, se logró que algunas de ellas desaparecieran, de acuerdo a Mario Di Costanzo, ex titular de la Condusef, son “entre 20 y 25 las comisiones que le generan a los bancos entre 80 y 90 por ciento de los ingresos por comisiones”, mismas que no fueron tocadas tras la reforma. De esta manera se explica que los ingresos de los bancos por concepto de comisiones no solo sean iguales, si no que han aumentado después de la reforma en cuestión (Téllez, 2023).
Dice el adagio “dime a quién beneficias y te diré para quién gobiernas”. Las políticas que Andrés Manuel ha implementado a lo largo de su gobierno dejan claro que antes de ser un gobierno del pueblo, de las mayorías, como dice ser, es un gobierno a merced del gran capital, en este caso el financiero. A diferencia de verdaderos gobiernos de izquierda, como la Bolivia de Evo, el Ecuador de Correa o la Venezuela de Chávez, AMLO ha dejado intactos e incluso debilitado los principales mecanismos que tiene un gobierno para redistribuir y crear riqueza: política fiscal progresiva, gasto de inversión, política monetaria expansiva y aumento de salarios dignos. En un país donde la población en situación de pobreza ha pasado de 51.9 millones en 2018 a 55.7 millones de personas en 2020[1], y al mismo tiempo la banca rompe récords históricos de ganancia, hay que tener poca sangre en la cara para salir en cada mañanera a repetir “estamos mejor”o “cuando cambia la mentalidad de un pueblo, cambia todo”. Tal vez, el hecho de que su sexenio se conduzca con tanta pasividad, sin desestabilizaciones mayores o incluso intentos de golpe de Estado liderados por Estados Unidos, como si lo han tenido los gobiernos de América Latina que intentaron frenar la insaciable sed de máxima ganancia del capital, sea la muestra definitiva de a quienes sirve con sus políticas.
Christian Damián Jaramillo Reinoso es economista por la UNAM. Opinión invitada.
[1] Datos obtenidos del Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022