Élites urbanas y la escasez de agua en las ciudades

Por Samira Sánchez | Mayo 2023

El aprovechamiento y manejo del agua en los distintos asentamientos urbanos es el vínculo más directo de la gestión entre el recurso hídrico con el ser humano como poblador y ciudadano. En los últimos 20 años, más de 80 ciudades han enfrentado problemas graves de escasez de agua por su uso insostenible. Los pronósticos no indican que esto vaya a ser menos frecuente, sino todo lo contrario. Las crisis en torno al agua se van a intensificar y afectarán más a quienes están social, económica y políticamente desfavorecidos.

El asunto del agua en las ciudades se ha investigado por científicos que tienden a explicar las crisis del agua en las ciudades por la expansión de las áreas urbanizadas junto con el crecimiento de la población en tales áreas. También se hace énfasis en las implicaciones del cambio climático como una fuerza que pone en peligro la disponibilidad de recursos de agua dulce al alterar las características de temperatura y precipitación. Desde el punto de vista ingenieril hay métodos que permiten capturar la intensidad de la presión para gestionar los peligros hidrometeorológicos, abundancia o ausencia de lluvia.

Sin embargo, un problema que se suele dejar de lado sobre todo a la hora de implementar políticas y en los discursos de las autoridades políticas es la desigualdad social en la sociedad y su participación en la crisis urbana del agua. Las ciudades de América Latina tienen un acceso y distribución diferenciado. En la Ciudad de México, las zonas residenciales tienen consumos superiores a 300 litros por habitante por día (l/h/d), mientras que en los asentamientos populares hay un consumo irregular e inferior a 50 l/h/d.

Las marcadas diferencias en los patrones de consumo de agua que resultan en cada una de las zonas es porque los ingresos son un factor importante que influye en el uso doméstico del agua. El nivel de ingresos, el tipo y el tamaño de la casa y sus amenidades son claves para explicar el nivel relativamente alto de consumo de agua entre las élites urbanas. La mayor parte del agua consumida por los sectores privilegiados se utiliza para necesidades no básicas, por ejemplo, el riego de jardines residenciales, albercas y accesorios de agua adicionales al interior y al exterior. En cambio, la mayor parte del agua que consume la gente más desfavorecida se utiliza para necesidades básicas de agua, como prácticas de higiene y consumo básico. Además, los grupos privilegiados tienen acceso a fuentes privadas, en caso de que el suministro público falle. En este caso el término privado se usa como eufemismo porque en realidad esas fuentes tuvieron un origen común, que tras un proceso de cercamiento y despojo de recursos hídricos comunes se pusieron a la disposición y beneficio de los usuarios que viven en zonas residenciales.

Estos patrones de consumo excesivos y desiguales son resultado de un sistema económico que fomenta la desigualdad económica y que termina permeando en todos los otros ámbitos de la vida social. El uso insostenible por parte de las élites urbanas puede provocar las crisis del agua en las ciudades, al menos tanto como las otras explicaciones como el crecimiento de la ciudad o el cambio climático. Se prevé que, en 2050, 80% de la población mundial resida en ciudades y que al menos mil millones de los residentes urbanos experimenten escasez severa de agua en un futuro próximo. Ante la fluctuación de los suministros, satisfacer las crecientes demandas de agua urbana y encontrar un equilibrio sostenible en la ciudad está convirtiendo en un desafío cada vez mayor. Las autoridades no ven esto como un problema y por tanto no implementan políticas que funcionen, en su lugar prefieren inventar problemas como el crecimiento de la ciudad, acosando a nuevos habitantes de las ciudades. La problemática del agua es un asunto de gravedad, pero sobre todo es un asunto de clase.


Samira Sánchez es maestra en Estudios Urbanos por El Colegio de México e investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.

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