Manabendra Nath Roy y la fundación del Partido Comunista Mexicano

Marzo 2023

Manabendra Nath Roy, o M. N. Roy (1887-1954) fue un revolucionario anticolonialista bengalí que se enroló en las luchas de su país, pero también en movimientos de otros lugares como Medio Oriente, la Unión Soviética, Indonesia y China. De la misma manera, su participación fue importante para la fundación del Partido Comunista Mexicano y el Partido Comunista de la India.

Comenzó sus actividades disidentes desde muy joven. En 1907 se integró a las actividades de sociedades secretas antibritánicas cuando se unió a los  movimientos antibritánicos en su tierra natal. En 1915 Roy intentó liderar una insurrección contra el control británico, pero fracasó. Sin embargo, esto no mermó sus ímpetus. Ese mismo año salió de la India con rumbo a Batavia y a Shanghái para conseguir armas alemanas que permitieran continuar la lucha. Pero al poco tiempo esta empresa se volvió infructuosa. Roy viajó entonces a los Estados Unidos buscando apoyo para su causa y ahí, en 1916, conoció a Evelyn Trent. Con ella estudió, se “convirtió” al marxismo, y se casó en 1917. Pero ese año Estados Unidos entró a la Primera Guerra Mundial, y en tanto que Roy era conocido por su participación en el anticolonialismo indio, fue considerado como posible espía alemán por la policía norteamericana. Esta sospecha nació de un evento del pasado cercano: los nacionalistas indios de Europa habían firmado una letra de colaboración con el Káiser alemán algunos años antes de la Gran Guerra; así la cercana frontera de México lo movió a huir con su esposa a nuestro país.

 En el momento en que Roy entró a México, en la política nacional había tomado algún vigor reciente la línea libertaria de los antiguos liberales radicales y de los anarquistas más comprometidos del siglo XIX. Quien cristalizó esta línea fue el Partido Socialista Mexicano (PSM), resucitado ese mismo año bajo el liderazgo del licenciado Adolfo Santibañez y Francisco Cervantes López. La publicación mensual de este partido, “El Socialista”, se mostraba relativamente crítica hacia gobierno de la revolución mexicana. Pero los miembros partidarios de ese socialismo no tenían dinero y esto los tenía casi en la quiebra en los días en que comenzaba la Guerra Mundial. En estas circunstancias entraron en contacto Roy, quien interesado en el desarrollo de la izquierda internacional, se unió al Partido, y sobre todo brindó recursos suficientes para darle vida y estabilizar la situación de “El Socialista”.

Entre 1917-1919, mientras Roy estuvo en el país financiando al socialismo, sus posturas marxistas, nacionalistas y anticolonialistas permearon en las actividades del partido. Los socialistas mexicanos nutrieron sus filas con miembros de grupos obreros como el Gran Cuerpo Central de Trabajadores y trataron de ampliar su presencia sobre el proletariado mexicano. Asimismo, en su publicación mostraron progresivamente un rechazo hacia los medios del anarquismo, asimilando en cambio posturas nacionalistas favorables al gobierno de Carranza, y una postura internacional antiimperialista y anticolonialista, especialmente condenatoria de la ocupación británica de la India.

En esos días nació la Internacional Comunista (Comintern), la alternativa revolucionaria para los pueblos del mundo. Por esta circunstancia, bajo la égida de Roy, el PSM buscó fijar su postura ante la izquierda mundial mediante la convocatoria a un Congreso Socialista Nacional que tuvo lugar en agosto de 1919. A la asamblea del congreso asistieron 60 delegados, miembros de dos organismos: del PSM y la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM, que más bien estaba controlada por el estado mexicano). De esta reunión obrero-socialista nació la amalgama de hombres que más adelante se llamarían comunistas.

La postura del congreso se definió en favor de las ideas relativamente marxistas de Roy y de un pseudosocialista norteamericano, José Allen (quien en realidad era espía de los Estados Unidos). Roy y Allen establecieron la adhesión de los socialistas a la Comintern en la declaración de principios que resultó de ese Congreso y, en los siguientes meses, establecieron contacto con Mijaíl Borodin, delegado soviético en México, quien los asesoró para formalizar la adhesión a la Internacional Comunista. Finalmente, el 28 de noviembre de 1919, en sesión extraordinaria, el Partido Socialista cambió su nombre a Partido Comunista Mexicano.

Sin embargo, este cambio de nombre no implicó, ni mucho menos, que el PCM fuera desde entonces un auténtico partido comunista. A pesar de que, por sus actividades, Roy fuera invitado a asistir como delegado al 2º congreso de la Internacional Comunista de 1920, la semilla semimarxista que dejó plantada en el PCM no se desarrolló hacia la consolidación de una vanguardia del proletariado mexicano. Más bien parece que su vida y actividades políticas se limitaron a una lucha muy ligada a la supervivencia; sus actividades dependían de quien financiaba al partido: Roy primero y la Comintern después. Así, en realidad entre su nacimiento y su muerte, el PCM apenas mantuvo la línea nacionalista y anticolonialista de M. N. Roy. Posteriormente, la ausencia de una lucha realmente independiente, el pobre conocimiento de la realidad mexicana por parte de los dirigentes comunistas y la desaparición del financiamiento soviético después de la muerte de Stalin (1953), entre otras cosas, fueron circunstancias que condujeron a la total separación entre Partido y masas, a la corrupción de la dirigencia y la desintegración del partido hacia la segunda mitad del siglo XX.


Anaximandro Pérez es Maestro en Historia por la UNAM e investigador del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.

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