Diciembre 2022
Las fiestas decembrinas, así como muchas otras celebraciones, han pasado de tener un objetivo religioso a un propósito comercial. Como dijeron Marx y Engels en El manifiesto del partido comunista, el capital eliminó todo sentimentalismo y fervor religioso en el hombre para convertirlo todo en un frío cálculo egoísta. Estas celebraciones religiosas, que conmemoran el día de San Nicolás y el nacimiento de Jesús, es decir, un festejo cargado de simbolismo para la religión cristiana, se ha convertido en un evento para aumentar la riqueza del gran capital industrial, comercial y financiero.
Durante estas fechas es común ver en las televisoras, la radio, el internet y la prensa escrita un gran número de comerciales invitando a la población a consumir masivamente para ser validados por la sociedad. Se realizan, por ejemplo, campañas de marketing incitando a demostrar el amor a los hijos festejándoles la llegada de “Santa Claus” y “Los reyes magos” con regalos; haciendo grandes fiestas de año nuevo con abundantes cantidades de comida y alcohol; metiendo en la cabeza de los consumidores que la mejor forma de recibir el año nuevo es estrenando las mejores vestimentas, etc. Todo se ha configurado para hacer de estas fechas una época de aumento del consumo: los aguinaldos, las vacaciones, las “promociones”, “rebajas” y “meses sin intereses” de los centros comerciales, la facilidad para dar préstamos, etc.
El resultado de estas campañas que juegan con la psicología de la población son jugosas ganancias para los grandes capitales comerciales e industriales. De acuerdo con un estudio realizado por IPSOS en compañía de Mercado Libre, en diciembre las compras en línea aumentan hasta 136%. Otro estudio realizado por Elogia, que analiza el comportamiento del consumidor mexicano, dice que cinco de cada diez encuestados realizan sus compras en el mes de diciembre dependiendo de la publicidad que reciben, principalmente de las redes sociales. A lo anterior debe agregarse que las compras para los festejos de diciembre comienzan desde el periodo denominado El Buen Fin. El presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicio y Turismo dijo que en 2022 se superaron los 195 millones de pesos en compras que se tenían contemplados.
Sin embargo, no todos los mexicanos cuentan con recursos suficientes para acceder al nivel de consumo mínimo para llevar una vida digna y mucho menos el que se les vende a través de las redes sociales, por lo que las familias mexicanas tienen que recurrir a la deuda. De acuerdo con datos del INEGI, en 2019 México alcanzó los 14.5 millones de trabajadores sin aguinaldo, cifra máxima respecto a años anteriores. A 2022 las cosas no han cambiado mucho, alrededor del 37% del total de asalariados siguen sin acceso a prestaciones mínimas como el pago de aguinaldo. Recibir aguinaldo ya de por sí es difícil porque se necesita tener un salario fijo y haber laborado durante un año en el mismo empleo; pero supongamos que una persona cumple con los requisitos y recibe el salario mínimo de $172.87 semanales. Tomando los 15 días mínimos de aguinaldo estipulados en la Ley Federal del Trabajo, esto daría $2,593 de aguinaldo, cuando, de acuerdo con la encuesta de Elogia, se gastaron alrededor de $4,661 entre el buen fin y las fiestas decembrinas. O sea que para 18.3 millones de personas que perciben el salario mínimo es ineludible la contratación de deuda para costear tales niveles de consumo, generando intereses que van a parar a las arcas de los capitalistas financieros.
Las fiestas decembrinas con su consumismo desenfrenado, lejos de traer paz y felicidad a los hogares mexicanos, generan estrés y endeudamiento para los trabajadores y enormes ganancias para los capitalistas de todo tipo. Por eso, en este 2022, los trabajadores tienen poco qué festejar.
Ollin Vázquez es economista por la UNAM e investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.