Las deudas de acceso educativo 2021-2022

Octubre 2022

En septiembre, la Secretaría de Educación Pública (SEP) actualizó los indicadores educativos[1] del ciclo escolar 2021-2022, por lo que ahora podemos ver, aunque sea a grandes rasgos, la situación actual de la educación en México. En este artículo, sin embargo, trataré solo los temas de cobertura y absorción.

En educación básica, el preescolar es el nivel con menores Tasas Netas de Escolarización (TNE). Una TNE nos dice cuántos de los estudiantes en edad de cursar cierto nivel educativo de hecho se encuentran inscritos en él.

La TNE en preescolar se incrementó hasta el ciclo 2016-2017, cuando alcanzó 73.9%. Desde entonces, este indicador ha disminuido de manera sostenida, antes, durante y después del confinamiento por Sars-CoV-2. Como era de esperar, el mayor descenso ocurrió en el ciclo 2020-2021, durante el confinamiento. Aquí, la TNE pasó de 71.4% a 65.6%. Sin embargo, lo que se pudo observar en el último ciclo escolar fue un nuevo descenso, donde la TNE apenas alcanzó el 63.3%.

Para hacernos una idea de la magnitud del problema, consideremos que en 2021 la población de entre tres y cinco años fue de 6 millones 523 mil 361 niños y niñas, por lo que una TNE del 63.3% nos dice que durante el último ciclo escolar hubo cerca de 2 millones 393 mil 594 niños y niñas que, por una u otra circunstancia, no pudieron ejercer su derecho a la educación[2].

Este retroceso en el acceso a preescolar resulta por demás problemático si consideramos que los primeros niveles educativos son cruciales para combatir el rezago, las desigualdades e, incluso, para el desarrollo neurológico de niños y niñas[3].

En comparación con preescolar, la primaria cuenta con un acceso casi universal. Hasta el ciclo 2012-2013, la TNE rondaba el 100%. Sin embargo, desde 2013-2014, este indicador ha tendido a la baja, llegando a 97.4% en 2020-2021 y a 96.3% durante el último ciclo escolar. Estos dos descensos, que suman dos puntos porcentuales, parecieran ser poco, sobre todo para un contexto de pandemia. Sin embargo, si consideramos los absolutos, veremos que el problema no es menor. En el ciclo 2019-2020, el número de niños y niñas de entre 6 y 11 años que no asistía a la primaria era de cerca de 223 mil 443 en todo el país, casi un cuarto de millón[4]. En 2021-2022, esta cifra alcanzó los 487 mil 814 casos[5], es decir, más del doble que lo reportado dos años antes.

En secundaria, la historia es un tanto distinta. Aquí, la TNE aumentó de manera sostenida hasta el ciclo 2014-2015, alcanzando un máximo de 88.3%. Desde entonces se ha observado una caída de la cobertura que, sin embargo, tuvo un ligero repunte en el ciclo 2020-2021, quedando finalmente en 83.9% durante el último ciclo escolar.

De nuevo, para hacernos una idea del tamaño del problema, consideremos que, en el ciclo escolar 2021-2022, había un 16.1% de jóvenes de entre 12 y 14 años que no asistía a la secundaria, es decir, 1 millón 75 mil 201 casos[6]. Por supuesto, no sabemos en qué proporción se trata de jóvenes que abandonaron sus estudios, los interrumpieron temporalmente, se quedaron rezagados en algún nivel anterior o definitivamente nunca ingresaron al sistema educativo.

Sin embargo, algo que sí sabemos es que, en los últimos dos años, el porcentaje de estudiantes que ingresa a secundaria, con respecto a los que egresan de secundaria, se redujo. Y lo mismo ocurrió con los egresados de secundaria que ingresan a media superior. A este indicador lo conocemos como absorción y nos dice qué porcentaje representan los nuevos ingresos a un nivel educativo con respecto a los egresados del nivel anterior.

Así, en secundaria, para el ciclo 2019-2020, pudimos observar un índice de absorción del 96.9%, lo que quiere decir que, por cada 100 egresados de primaria, hubo 97 estudiantes que ingresaron a la secundaria. Para el ciclo 2020-2021, sin embargo, la absorción fue de 94.5% y para 2021-2022 fue de solo 93.1%.

De acuerdo con la misma SEP, al final del ciclo antepasado hubo un total de 2 millones 274 mil 441 egresados de primaria, lo que quiere decir que, al menos y aproximadamente, hubo 156 mil 804 estudiantes que egresaron de la primaria en julio de 2021, pero no ingresaron a secundaria en agosto.

En media superior, por otro lado, la absorción del ciclo 2019-2020 fue de 102%. Es decir que entraban más estudiantes a preparatoria de los que egresaban de secundaria. Esto tiene sentido si consideramos que el indicador de absorción no toma en cuenta la edad normativa, como sí lo hace la TNE. Pues bien, al año siguiente, durante el confinamiento, la tasa de absorción fue de solo 91.1%, y en el ciclo escolar 2021-2022, fue de apenas 90.3%. Así, en el último ciclo escolar, hubo, al menos y aproximadamente, 195 mil 852 jóvenes que, habiendo egresado de la secundaria, no ingresaron a media superior.

La educación media superior constituye uno de los mayores filtros del sistema educativo. En términos de cobertura, nuestro sistema no ha logrado brindar acceso, ni siquiera, al 65% de los jóvenes de entre 15 y 17 años. A este respecto, la TNE aumentó de manera sostenida hasta 2017-2018, cuando alcanzó 63.8%. En lo sucesivo, sin embargo, solo tenemos reducciones sostenidas, alcanzando, en el último ciclo escolar solo 60.7% de cobertura neta.

Nuevamente, para hacernos una idea de la magnitud del problema, consideremos que en el último ciclo escolar la población de entre 15 y 17 años fue de 6 millones 671 mil 637 estudiantes. Esto quiere decir que, al menos y aproximadamente, 2 millones 623 mil 561 de ellos no estaban estudiando la preparatoria en el ciclo que acaba de concluir.

En educación superior el panorama es un tanto distinto. Aquí, la absorción, en lugar de subir, ha disminuido de manera progresiva desde hace ya varios años. En el ciclo 2012-2013, por ejemplo, por cada 100 egresados del bachillerato, había aproximadamente 86 estudiantes que ingresaban a la universidad. En el último ciclo escolar, por cada 100 egresados, solo ingresaron 68. Lo que este dato revela es que la expansión de la educación superior se está viendo rebasada progresivamente por la educación media.

Sobre la cobertura[7] en educación superior, ésta se ha incrementado de manera ininterrumpida. Aquí, contrario a lo observado antes con las TNE, no hubo reducciones durante los últimos dos años, lo que resulta positivo.

De hecho, por lo que hemos podido apreciar, parece que los efectos de la pandemia, al menos en cuanto a cobertura y absorción se refiere, se han centrado en la reducción del acceso a preescolar y las transiciones a secundaria y media superior.

Tal parece que, de cara a la compleja situación experimentada con la crisis sanitaria y económica, así como con las dificultades de las clases a distancia, muchos hogares mexicanos no encontraron otra alternativa que postergar el ingreso de sus hijos e hijas al preescolar, a la secundaria o a la preparatoria.

Enfrentamos un problema fundamental de la educación en México. Para que cada niño, niña y joven pueda ejercer su derecho a la educación es necesario, en primer lugar, que haya suficientes escuelas con lugares disponibles y es necesario, en segundo lugar, que todos estén en condiciones de poder acceder a ellas[8]. Si no se cumplen estas condiciones básicas, entonces no podremos atender y solucionar otros problemas igualmente importantes como la calidad y la equidad educativas.

El problema, además, se vuelve tanto más urgente, por cuanto los problemas de acceso y progresión en el sistema educativo están altamente influidos por la desigualdad[9]; de manera que son las niñas, niños y jóvenes de estratos más bajos los que o bien tienen menores oportunidades de acceso al sistema educativo o lo abandonan antes.


Pablo Hernández Jaime es Maestro en Ciencias Sociales por El Colegio de México e investigador del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.

[1] https://www.planeacion.sep.gob.mx/indicadorespronosticos.aspx

[2] Todos los absolutos presentados en el artículo fueron tomados del Reporte de Indicadores Educativos de la SEP y que está disponible en el primer enlace citado.

[3] https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2448-85502018000200033

[4] Considerando una población de entre 6 y 11 años de 13,301,957.    

[5] Considerando una población análoga de 13,236,735.

[6] De una población de entre 12 y 14 años de 6 millones 659 mil 928 jóvenes.       

[7] En educación superior no está disponible la cobertura en términos de TNE, por lo que utilicé el indicador de cobertura. Este, nos dice qué porcentaje representan todos los estudiantes de universidad (sin distinción de edad, en modalidad escolarizada y no escolarizada, aunque sin contar posgrado) con respecto a la población de 18 a 22 años.

[8] https://revistas.uam.es/jospoe/article/view/5625

[9] Lorenza https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-26732014000100004

Patricio, Emilio y Héctor https://libros.colmex.mx/wp-content/plugins/documentos/descargas/P1C230.pdf

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