El error de cancelar la reforma educativa

| Por Arnulfo Alberto

La Unesco ha recomendado que se destine del 15 al 20% del total del gasto del gobierno en educación; pero en nuestro país el panorama no es nada halagüeño. De acuerdo con la prueba Pisa, uno de cada dos estudiantes de 15 años está reprobado en español, matemáticas y ciencias.

Como un esfuerzo por corregir estos resultados desastrosos, el anterior gobierno federal aprobó una reforma educativa que buscaba obtener mejores resultados. Aunque esta reforma tenía una lógica meritocrática y era limitada —porque para transformar al hombre hace falta una verdadera revolución educativa—, de todos modos sí contaba con aspectos positivos como el sistema de selección, y evaluación de los maestros y la eliminación de prácticas corruptas para el sistema educativo (como la venta de plazas, los traspasos y las herencias de estos).

Sin embargo, a pesar del enorme apoyo popular de que goza esta reforma, el gobierno de AMLO ha emprendido una intensa campaña para cancelarla, principalmente por presiones de la CNTE, aliada a su partido. Este grupo político se opone tajantemente a cualquier tipo de evaluación para sus miembros. Si a esto sumamos, el deplorable estado de la infraestructura escolar, el abandono escolar por carencias económicas, además del bajo presupuesto destinado a las universidades y las instituciones de ciencia y tecnología, las condiciones están creadas para que la educación en nuestro país siga en el mismo estado deplorable que hasta ahora.

Para nadie hay duda del papel tan relevante que juega la educación en el desarrollo de una sociedad. Por este motivo, todos los gobiernos del mundo tratan de invertir ingentes cantidades de recursos públicos con el objeto de crear las condiciones para que los niños y jóvenes puedan recibir los conocimientos y habilidades que les permitan desarrollarse plenamente, y ser útiles a la sociedad. Este apoyo no se limita a la educación básica, sino que se extiende también —con el objeto de fomentar el desarrollo tecnológico— a la educación universitaria y de posgrado.

Arnulfo Alberto es maestro en economía por la UNAM e investigador del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.
arnulfo.alberto@gmail.com

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